Mis Pensamientos No Son Míos

No soy dueño de mis pensamientos

Y pude ver que los pensamientos que tengo no son míos, no son parte de mi identidad, y esta sola idea puede que sea una gran revelación si la analizo en detalle.

Si mis pensamientos realmente no son míos, de que existen en un campo de información y vienen hacia mí solo por atracción, puedo entonces reencontrarme con la elección. Mi elección de aceptar cualquier pensamiento a que sea parte de mí.

Una manera de entenderlo es como que cada pensamiento tiene vida propia y vive en una vibración específica y de acuerdo a la vibración en que yo exista, diferentes tipos de pensamientos se presentan. 

Un pensamiento tóxico no puede convivir o ser atraído por un campo de vibración alto y viceversa.

Reencontrarse con mi verdadero YO.

Cuanto más "en mí" me encuentro, cuanto más cerca estoy de mi centro, de mi verdadero ser,  más alta es mi vibración. Y desde ese espacio, me convierto en creador, salgo del papel del creado que es el que experimenta para convertirme en ese instante en el creador de la experiencia. 

Y en ese estado no tengo pensamientos.

Lograr estar en ese espacio, es una convivencia permanente contigo mismo, donde  la manifestación del amor y compasión hacia ti mismo es imprescindible.

Es importante mantener una coherencia transparente con lo que pienso, digo, hago y siento. Cualquier desvío en esto me aleja de mi esencia.

Que he hecho para dejar de "atraer" pensamientos tóxicos... Primero no puedes pensar de una manera lineal, como lo primero es A, lo segundo es B, etc. es un poco como que existió primero el huevo o la gallina.

Modificas la causa y el efecto cambia, alimentando una nueva causa... Para dejar de atraer un pensamiento tóxico, primero tienes que saber primero que tipos de pensamientos tienes… y para eso necesitas aislarte de toda distracción por un tiempo, así puedes comenzar a escuchar a tu mente y observar la calidad de pensamientos que tienes.

A mí me ha ayudado un retiro de silencio de seis días donde solo conviví con mi propia mente, no música, no internet, no lectura, no escritura, nada. Solo yo conmigo mismo. Es una experiencia muy fuerte y al mismo tiempo muy profunda. Un recuentro con mi alma, un reencuentro con mi ser olvidado.

En ese retiro me di cuenta de que la calidad de pensamientos que tenía eran muy tóxicos. Sin darme cuenta, el efecto alimentaba la causa, alimentando un espiral que me llevaba a lo más profundo de mi sombra.

El siguiente paso al darse cuenta es perdonar.

Dejar ir. Perdonarte con la compasión y aceptación que existe en la divinidad de todo lo que nos rodea. No juicios. No resistencia. Sola aceptación.